DIVERCIDAD SEXUAL
Habitualmente este término se usa
para referirse a la diversidad dentro de la orientación sexual; de hecho,
habitualmente se usa una clasificación simple de cuatro orientaciones: heterosexual, homosexual, Transexual y bisexual; sin embargo, según diversas teorías de la sexología, como la teoría de Kinsey y la queer, esta clasificación resulta insuficiente para
describir la complejidad de la sexualidad en la especie humana y también en
otras especies
animales según diversas investigaciones etológicas. Es decir, por ejemplo pueden encontrarse
sexualidades que se situarían entre las anteriores clasificaciones
- Entre
heterosexual y bisexual: preferentemente heterosexual o heteroflexible.
- Entre
homosexual y bisexual: preferentemente homosexual u homoflexible
·
En otras palabras, se
cree que dentro de la bisexualidad existe una gran diversidad de tipologías y
preferencias que pueden responder a una motivación puramente biológica (sexuación del cerebro) o también puede estar influenciada por
las circunstancias (abundancia de un sexo u otro, fuerte libido, etc.). De hecho, en este contexto es posible
englobar la heterosexualidad y la homosexualidad dentro del conjunto de bisexualidades, como dos casos situados en los extremos de la
preferencia (escala de Kinsey).
·
Según la sexología, y en
especial la de la especie humana, la diversidad sexual incluye también a todas
las formas de identidad sexual, tanto si son definidas como indefinidas (teoría
queer). En este sentido,
socialmente se reivindica la aceptación de cualquier forma de ser, con iguales
derechos, libertades y oportunidades, dentro del marco de los derechos
humanos.
EJERCIOS RESPONSABLES DE
LAS RELACIONES SEXUALES
Para muchas la satisfacción dentro de una relación sexual depende de la
pericia de nuestra pareja en los movimientos y forma de tocarnos. Pocas saben
que nosotras tenemos la posibilidad de controlar ciertas zonas de nuestro
cuerpo para aumentar las sensaciones agradables tanto para una como a nuestro
compañero.
Una de las mejores formas de lograrlo es a través de una serie de ejercicios
llamados Kegel destinados a mejorar y tonificar la musculatura interna y
exterior de la zona pélvica. Lo mejor es que puedes hacerlos en casa mientras
estás realizando cualquier actividad y sin que nadie se de cuenta.
Ideados por un ginecólogo estadounidense en la década de los cuarentas, hoy
tienen fieles seguidoras alrededor del mundo. Muchas veces se denominan
ejercicios PC por el grupo muscular que trabajan.
Pero no sólo son útiles en el área sexual sino que también para preparar el
parto y también recuperarse luego de el. La mejor manera de comenzar a entrenar
los músculos de la zona es cuando vas al baño. Prueba detener y luego
recomenzar el chorro de orina a través de contracciones musculares para poder
identificar los músculos a trabajar.
Luego puedes ir haciendo el mismo ejercicio durante el día, sin importar la
actividad que te encuentres realizando (no es necesario estar orinando para
hacerlo.) La idea es practicarlos en grupos de diez al menos tres veces al día
y luego podrás darte cuenta como él se vuelve loco al contraer e ir relajando
tus zonas intimas durante las relaciones sexuales. Seguro que los dos estarán
agradecidos.
EDUCACION SEXUAL
El término educación sexual se usa para describir
el conjunto de actividades relacionadas con la enseñanza, la difusión y la
divulgación acerca de la sexualidad
humana en todas las edades del
desarrollo, el aparato reproductor femenino y masculino, la orientación sexual, las relaciones sexuales, la planificación familiar y el uso de anticonceptivos,
el sexo
seguro, la reproducción -y, más específicamente, la reproducción humana-, los derechos sexuales y reproductivos, los estudios de género y otros aspectos de la sexualidad
humana, con el objetivo de
alcanzar una satisfactoria salud
sexual y reproductiva.[1]
Etapas en el desarrollo
social y sexual
De 0 a 1
años
La sexualidad en un niño recién nacido está íntimamente vinculada a la
relación con sus padres, su vivencia a través de los cuidados y las caricias de
sus progenitores. A través de ellos se crean lazos afectivos que serán
necesarios para el desarrollo
social y sexual de los niños.
De 1 a 3
años y medio
En la segunda etapa, el niño tiene un estrecho vínculo con su familia,
lo que hace que su pensamiento se vaya enriqueciendo. En esta etapa se oponen a
las reglas que imponen sus padres, como una forma de afianzar su independencia.
En esta etapa se experimentan más sensaciones de placer al controlar los
esfínteres y a evacuar, con lo que empiezan a conocer su cuerpo, lo que necesitan
y lo que les produce placer.
De 3 años
y medio a 6 años
La tercera etapa se caracteriza por la exploración del mundo, tanto a
nivel físico como social, con lo que refuerzan los vínculos con su familia y
amigos. Por ello, comienzan a descubrir su sexualidad, y surge aquí el primer
periodo de enamoramiento hacia el progenitor del sexo opuesto o en algunos
casos incluso hacia el del mismo sexo (complejo
de Edipo y complejo de Electra). Por otro lado, aprenden a relacionarse con otros
y a ensayar sus roles sociales, así como a identificar su propio sexo.
Es importante que los padres no coaccionen las conductas que puedan ser
del sexo opuesto.
Durante
la pubertad se produce la secreción masiva de hormonas
sexuales, lo cual influye considerablemente en los aspectos etológicos del individuo y determina su carácter y sus pautas de comportamienbto social. La
rebeldía y la búsqueda de pareja son dos de las más frecuentes actitudes en
esta etapa.
De 6 a 9
años
En la etapa cuarta comienza el crecimiento físico, que se equilibra con
el desarrollo afectivo y permite que surja el interés por conocer y saber sobre
el mundo y sus fenómenos. De la misma manera, es fundamental el reconocimiento
de las personas de su entorno hacia ellos, y cómo afecta esto a la concepción
de su propia imagen.
El interés sexual se centra en el conocimiento del cuerpo y de los
órganos sexuales. Los juegos sexuales, mixtos o entre miembros del mismo sexo, forman parte de esta etapa y son un elemento
clave para la formación de la identidad sexual. Los valores de la sociedad y de
la familia sobre la sexualidad son determinantes en esta etapa.
La sexualidad
humana es heterogénea y
compleja, pues va mucho más allá de la mera reproducción y el coito. El comportamiento sexual humano se dirige a la satisfacción de pulsiones sexuales (libido), a la obtención de placer y a una necesidad de relación íntima. Abarca todas las edades del desarrollo y
permanece hasta la vejez, y constituye un ámbito fundamental de realización y
satisfacción para las personas en el encuentro con otros y consigo mismo.
En muchos países todavía
tiene importancia la virginidad
femenina, y la educación sexual impartida en las escuelas promueve la abstinencia como el único método para evitar el embarazo y las infecciones de transmisión sexual. Estas
prácticas educativas chocan con cifras que muestran una alta incidencia de embarazos no deseados en adolescentes en
esos países.[4]
RELACIONES
SEXUALES EN LA ADOLESCENCIA
Conocemos
del alto riesgo de las enfermedades de transmisión sexual que tienen los
adolescentes, igualmente, el riesgo del embarazo en esa edad. Sin embargo,
ahora el inicio de las relaciones sexuales en nuestro país, según estadísticas,
es los 14 años y en algunos casos, de menos edad. El problema mayor es que los
adolescentes tienen poca información porque los padres no tienen la suficiente
confianza para conversar con ellos. Durante la adolescencia se llega a la
madurez sexual. En las niñas se desarrollan los senos y se inicia la
menstruación. En los niños aumenta el tamaño del pene y los testículos.
Si se tienen
relaciones sexuales, existe un elevado riesgo de embarazo. Además del embarazo,
las relaciones sexuales conllevan el riesgo de contagiarse con enfermedades de
transmisión, como el herpes, verrugas genitales, o VIH, el virus que causa el
sida.
Protección. La única forma de estar completamente seguro
es no tener relaciones sexuales. Sin embargo, la mayoría de los adolescentes
deciden hacerlo y los preservativos de látex son la mejor protección contra las
enfermedades venéreas. Además, los condones también son una manera de control
de la natalidad para ayudar a prevenir los embarazos.
Lo cierto
del caso es que, si a los adolescentes no les hablamos de sexo, ellos lo van a
tener, pero con todos los riesgos que existen. A los 13 años, como media, los
costarricenses se estrenan en las relaciones sexuales y a los adultos nos
sorprende y lo vemos como una precocidad.
Sin embargo,
los adolescentes viven la sexualidad como escuela de vida, donde la edad de
inicio es quizás el cambio menor, pues no está rodeada de religiosidad ni
oscurantismos. Ahora es algo corriente, parte del ocio, un intercambio entre
amigos, en fin, algo que hay que hacer.
Peligros. Un riesgo muy grande es esperar a que otras
personas alejadas del núcleo familiar trasmitan información sexual a los
jóvenes, pues en algunos casos se valen de la pornografía con el riesgo de
construir una sexualidad genitalizada y machista. Yo pregunto: ¿Habla de sexo
con sus hijos?, pues se han descubierto nuevos hábitos sexuales; uno de ellos
es no ver la necesidad de usar el preservativo.
Sin embargo,
algunas mujeres adolescentes de alguna manera se las están agenciando para
conseguir anticonceptivos orales o la inyección mensual, y aceptan relaciones
sin preservativo porque no toman en cuenta las enfermedades de transmisión
sexual, como el sida.
Otro riesgo
de los adolescentes es permitirles ingerir bebidas alcohólicas; algunos, con
tal de neutralizar el exceso de alcohol y drogas, pueden recurrir a tomar
Viagra. ¿Por qué lo hacen? Porque no pueden fallar. El Viagra también lo pueden
conseguir por medio de adultos sin escrúpulos ni moral, que les hacen ver la
necesidad de que estén siempre excitados y felices.
Paternidad y diálogo. Para finalizar, poco
saben los padres de los hábitos sexuales de los adolescentes de hoy. En algunos
casos, los padres no hablan de sexo con sus hijos adolescentes porque temen
autorizarlos a sus primeras prácticas sexuales y otros no hablan porque no
saben qué decir o temen que se vean sus miedos, complejos, y frustraciones.
Lo cierto es
que muchos adolescentes se inician en la sexualidad bien desinformados, pese a
ser grandes consumidores de información sexual, que les llega mediante
imágenes, invitaciones a probarlo todo y consejos desde donde nada es proclive
de riesgo, Internet y revistas dirigidas a ellos.
Con los
hijos es necesario hablar, dialogar. No solo es hablar de embarazo o cómo usar
el preservativo. Existen muchas otras cosas que podemos informarles antes de
que se los informe Internet, susurrando en el oído de los jóvenes información
irreal.