martes, 11 de diciembre de 2012


DIVERCIDAD SEXUAL

La diversidad sexual es el fenómeno por el cual una especie animal presenta individuos de diferentes sexos, identidades sexuales y orientaciones sexuales

Habitualmente este término se usa para referirse a la diversidad dentro de la orientación sexual; de hecho, habitualmente se usa una clasificación simple de cuatro orientaciones: heterosexual, homosexual, Transexual y bisexual; sin embargo, según diversas teorías de la sexología, como la teoría de Kinsey y la queer, esta clasificación resulta insuficiente para describir la complejidad de la sexualidad en la especie humana y también en otras especies animales según diversas investigaciones etológicas. Es decir, por ejemplo pueden encontrarse sexualidades que se situarían entre las anteriores clasificaciones

  • Entre heterosexual y bisexual: preferentemente heterosexual o heteroflexible.
  • Entre homosexual y bisexual: preferentemente homosexual u homoflexible

·         En otras palabras, se cree que dentro de la bisexualidad existe una gran diversidad de tipologías y preferencias que pueden responder a una motivación puramente biológica (sexuación del cerebro) o también puede estar influenciada por las circunstancias (abundancia de un sexo u otro, fuerte libido, etc.). De hecho, en este contexto es posible englobar la heterosexualidad y la homosexualidad dentro del conjunto de bisexualidades, como dos casos situados en los extremos de la preferencia (escala de Kinsey).

·         Según la sexología, y en especial la de la especie humana, la diversidad sexual incluye también a todas las formas de identidad sexual, tanto si son definidas como indefinidas (teoría queer). En este sentido, socialmente se reivindica la aceptación de cualquier forma de ser, con iguales derechos, libertades y oportunidades, dentro del marco de los derechos humanos.

·         La población lésbico-gay-bisexual-transgénero (LGBT) suele aprovechar las jornadas del orgullo gay para reivindicar la visibilidad de la diversidad sexual.

EJERCIOS RESPONSABLES DE LAS RELACIONES SEXUALES

Para muchas la satisfacción dentro de una relación sexual depende de la pericia de nuestra pareja en los movimientos y forma de tocarnos. Pocas saben que nosotras tenemos la posibilidad de controlar ciertas zonas de nuestro cuerpo para aumentar las sensaciones agradables tanto para una como a nuestro compañero.
Una de las mejores formas de lograrlo es a través de una serie de ejercicios llamados Kegel destinados a mejorar y tonificar la musculatura interna y exterior de la zona pélvica. Lo mejor es que puedes hacerlos en casa mientras estás realizando cualquier actividad y sin que nadie se de cuenta.
Ideados por un ginecólogo estadounidense en la década de los cuarentas, hoy tienen fieles seguidoras alrededor del mundo. Muchas veces se denominan ejercicios PC por el grupo muscular que trabajan.
Pero no sólo son útiles en el área sexual sino que también para preparar el parto y también recuperarse luego de el. La mejor manera de comenzar a entrenar los músculos de la zona es cuando vas al baño. Prueba detener y luego recomenzar el chorro de orina a través de contracciones musculares para poder identificar los músculos a trabajar.
Luego puedes ir haciendo el mismo ejercicio durante el día, sin importar la actividad que te encuentres realizando (no es necesario estar orinando para hacerlo.) La idea es practicarlos en grupos de diez al menos tres veces al día y luego podrás darte cuenta como él se vuelve loco al contraer e ir relajando tus zonas intimas durante las relaciones sexuales. Seguro que los dos estarán agradecidos.

EDUCACION SEXUAL

El término educación sexual se usa para describir el conjunto de actividades relacionadas con la enseñanza, la difusión y la divulgación acerca de la sexualidad humana en todas las edades del desarrollo, el aparato reproductor femenino y masculino, la orientación sexual, las relaciones sexuales, la planificación familiar y el uso de anticonceptivos, el sexo seguro, la reproducción -y, más específicamente, la reproducción humana-, los derechos sexuales y reproductivos, los estudios de género y otros aspectos de la sexualidad humana, con el objetivo de alcanzar una satisfactoria salud sexual y reproductiva.[1]

Etapas en el desarrollo social y sexual

De 0 a 1 años

La sexualidad en un niño recién nacido está íntimamente vinculada a la relación con sus padres, su vivencia a través de los cuidados y las caricias de sus progenitores. A través de ellos se crean lazos afectivos que serán necesarios para el desarrollo social y sexual de los niños.

De 1 a 3 años y medio

En la segunda etapa, el niño tiene un estrecho vínculo con su familia, lo que hace que su pensamiento se vaya enriqueciendo. En esta etapa se oponen a las reglas que imponen sus padres, como una forma de afianzar su independencia. En esta etapa se experimentan más sensaciones de placer al controlar los esfínteres y a evacuar, con lo que empiezan a conocer su cuerpo, lo que necesitan y lo que les produce placer.

De 3 años y medio a 6 años

La tercera etapa se caracteriza por la exploración del mundo, tanto a nivel físico como social, con lo que refuerzan los vínculos con su familia y amigos. Por ello, comienzan a descubrir su sexualidad, y surge aquí el primer periodo de enamoramiento hacia el progenitor del sexo opuesto o en algunos casos incluso hacia el del mismo sexo (complejo de Edipo y complejo de Electra). Por otro lado, aprenden a relacionarse con otros y a ensayar sus roles sociales, así como a identificar su propio sexo.

Es importante que los padres no coaccionen las conductas que puedan ser del sexo opuesto.

 


Durante la pubertad se produce la secreción masiva de hormonas sexuales, lo cual influye considerablemente en los aspectos etológicos del individuo y determina su carácter y sus pautas de comportamienbto social. La rebeldía y la búsqueda de pareja son dos de las más frecuentes actitudes en esta etapa.

De 6 a 9 años

En la etapa cuarta comienza el crecimiento físico, que se equilibra con el desarrollo afectivo y permite que surja el interés por conocer y saber sobre el mundo y sus fenómenos. De la misma manera, es fundamental el reconocimiento de las personas de su entorno hacia ellos, y cómo afecta esto a la concepción de su propia imagen.

El interés sexual se centra en el conocimiento del cuerpo y de los órganos sexuales. Los juegos sexuales, mixtos o entre miembros del mismo sexo, forman parte de esta etapa y son un elemento clave para la formación de la identidad sexual. Los valores de la sociedad y de la familia sobre la sexualidad son determinantes en esta etapa.

La pedagogía en sexualidad se lleva a cabo, consciente e inconscientemente, en el entorno familiar, fundamentalmente en la denominada familia nuclear, en el entorno social cultural y antropológico, en el grupo de amistades, a través de los medios de comunicación, en las instituciones escolares y a través de las políticas de salud pública.

La educación sexual sobre la reproducción describe el proceso en el cual nace un nuevo ser humano, lo cual incluye: el embarazo, la fecundación, el desarrollo del embrión y del feto, y el trabajo de parto. Generalmente también incluye temas como las conductas sexuales, las enfermedades de transmisión sexual (más apropiadamente llamadas infecciones de transmisión sexual) (ITS) y su prevención (sexo seguro), el uso y funcionamiento de los diferentes métodos anticonceptivos y la interrupción del embarazo o aborto.

Definir la sexualidad humana desde una perspectiva científica y describirla desde un punto de vista genético, hormonal, fisiológico, anatómico o legal es útil e interesante, pero se considera insuficiente para entenderla si no se atiende también a factores psicológicos, sociales, antropológicos y culturales (entre los que están los éticos, los morales, los políticos, los religiosos) y los emocionales).

La sexualidad humana es heterogénea y compleja, pues va mucho más allá de la mera reproducción y el coito. El comportamiento sexual humano se dirige a la satisfacción de pulsiones sexuales (libido), a la obtención de placer y a una necesidad de relación íntima. Abarca todas las edades del desarrollo y permanece hasta la vejez, y constituye un ámbito fundamental de realización y satisfacción para las personas en el encuentro con otros y consigo mismo.

La existencia de embarazos no deseados, sobre todo embarazos en adolescentes, abortos inducidos en situación de clandestinidad y sin garantías sanitarias de seguridad para la prevención de infecciones de transmisión sexual (como el VIH-SIDA) ha dado un sentido de urgencia a la educación sexual prácticamente en todo el planeta. Países muy poblados como China, India y Corea del Norte promueven políticas de educación sexual acerca de la planificación familiar y el control de la natalidad; muchas naciones africanas, sobre todo aquellas en las que el SIDA se considera una epidemia, intentan promover una educación sexual que permita su prevención mediante la utilización de métodos anticonceptivos como el preservativo o condón.

Algunos organismos internacionales, como la International Planned Parenthood Federation (Federación Internacional de Planificación Familiar) ven un beneficio global gracias a los programas de educación sexual, tanto en el control de la natalidad como en la igualdad sexual y en la reducción de las infecciones de transmisión sexual.

En muchos países todavía tiene importancia la virginidad femenina, y la educación sexual impartida en las escuelas promueve la abstinencia como el único método para evitar el embarazo y las infecciones de transmisión sexual. Estas prácticas educativas chocan con cifras que muestran una alta incidencia de embarazos no deseados en adolescentes en esos países.[4]

En los Estados Unidos, con cifras extraordinariamente altas en las tasas de embarazos en adolescentes (levemente por debajo de las de Haití),[4] se debate si la libertad sexual en los adolescentes es algo positivo o negativo, y si la información sobre el uso de métodos anticonceptivos (como el preservativo (condón), la píldora anticonceptiva, el anillo vaginal o los anticonceptivos de emergencia) reducen o incrementan las posibilidades de embarazos o ETS en los jóvenes.

 

RELACIONES SEXUALES EN LA ADOLESCENCIA

Conocemos del alto riesgo de las enfermedades de transmisión sexual que tienen los adolescentes, igualmente, el riesgo del embarazo en esa edad. Sin embargo, ahora el inicio de las relaciones sexuales en nuestro país, según estadísticas, es los 14 años y en algunos casos, de menos edad. El problema mayor es que los adolescentes tienen poca información porque los padres no tienen la suficiente confianza para conversar con ellos. Durante la adolescencia se llega a la madurez sexual. En las niñas se desarrollan los senos y se inicia la menstruación. En los niños aumenta el tamaño del pene y los testículos.

Si se tienen relaciones sexuales, existe un elevado riesgo de embarazo. Además del embarazo, las relaciones sexuales conllevan el riesgo de contagiarse con enfermedades de transmisión, como el herpes, verrugas genitales, o VIH, el virus que causa el sida.

Protección. La única forma de estar completamente seguro es no tener relaciones sexuales. Sin embargo, la mayoría de los adolescentes deciden hacerlo y los preservativos de látex son la mejor protección contra las enfermedades venéreas. Además, los condones también son una manera de control de la natalidad para ayudar a prevenir los embarazos.

Lo cierto del caso es que, si a los adolescentes no les hablamos de sexo, ellos lo van a tener, pero con todos los riesgos que existen. A los 13 años, como media, los costarricenses se estrenan en las relaciones sexuales y a los adultos nos sorprende y lo vemos como una precocidad.

Sin embargo, los adolescentes viven la sexualidad como escuela de vida, donde la edad de inicio es quizás el cambio menor, pues no está rodeada de religiosidad ni oscurantismos. Ahora es algo corriente, parte del ocio, un intercambio entre amigos, en fin, algo que hay que hacer.

Peligros. Un riesgo muy grande es esperar a que otras personas alejadas del núcleo familiar trasmitan información sexual a los jóvenes, pues en algunos casos se valen de la pornografía con el riesgo de construir una sexualidad genitalizada y machista. Yo pregunto: ¿Habla de sexo con sus hijos?, pues se han descubierto nuevos hábitos sexuales; uno de ellos es no ver la necesidad de usar el preservativo.

Sin embargo, algunas mujeres adolescentes de alguna manera se las están agenciando para conseguir anticonceptivos orales o la inyección mensual, y aceptan relaciones sin preservativo porque no toman en cuenta las enfermedades de transmisión sexual, como el sida.

Otro riesgo de los adolescentes es permitirles ingerir bebidas alcohólicas; algunos, con tal de neutralizar el exceso de alcohol y drogas, pueden recurrir a tomar Viagra. ¿Por qué lo hacen? Porque no pueden fallar. El Viagra también lo pueden conseguir por medio de adultos sin escrúpulos ni moral, que les hacen ver la necesidad de que estén siempre excitados y felices.

Paternidad y diálogo. Para finalizar, poco saben los padres de los hábitos sexuales de los adolescentes de hoy. En algunos casos, los padres no hablan de sexo con sus hijos adolescentes porque temen autorizarlos a sus primeras prácticas sexuales y otros no hablan porque no saben qué decir o temen que se vean sus miedos, complejos, y frustraciones.

Lo cierto es que muchos adolescentes se inician en la sexualidad bien desinformados, pese a ser grandes consumidores de información sexual, que les llega mediante imágenes, invitaciones a probarlo todo y consejos desde donde nada es proclive de riesgo, Internet y revistas dirigidas a ellos.

Con los hijos es necesario hablar, dialogar. No solo es hablar de embarazo o cómo usar el preservativo. Existen muchas otras cosas que podemos informarles antes de que se los informe Internet, susurrando en el oído de los jóvenes información irreal.

2 comentarios:

  1. esta padre el blog solo que pusieron muchas letras les doy un 4.5

    ResponderEliminar
  2. esta chido pero es mucha informacion laque le metieron les doy un 5.....

    ResponderEliminar